23 ene 2009

OBJETOS MÁGICOS

LA VARITA MÁGICA
Alrededor de todo el mundo las varitas mágicas son popularmente conocidas como símbolo de la capacidad de hacer que las cosas sucedan. Un simple movimiento de esta útil herramienta y logramos cosas increíbles, desde ordenar nuestra habitación hasta matar. Las varitas mágicas existen desde hace mucho tiempo. Aparecen en pinturas rupestres y en el arte del antiguo Egipto. Los magos de la sociedad druídica que floreció en la Europa pre cristiana presidían las ceremonias religiosas con varitas fabricadas con espino, tejo, sauce y maderas de otros árboles que para ellos eran sagrados. Esas varitas eran talladas solo al amanecer o al atardecer, que se consideraban los mejores momentos para capturar los poderes del sol, y era necesario usar un cuchillo sagrado bañado en sangre. En el antiguo Testamento, Moisés una varita en forma de cayado para abrir las aguas del mar rojo y para hacer brotar un manantial de una roca. Una imagen del siglo IV muestra a Jesús resucitando a Lázaro al tocarlo con una varita. Esto nos muestra que históricamente, las varitas no solo eran usadas para canalizar las fuerzas sobrenaturales, sino también como instrumento en las ceremonias religiosas y como símbolo de poder.
En la literatura, las varitas mágicas aparecen por primera vez en La Odisea de Homero, escrita hacia el siglo IX o X a.C. 
La bruja Circe usa una varita para convertir a la tripulación del héroe en cerdos. En la mayoría de las leyendas y cuentos de hadas el uso común que se le hace a la varita es la de transformar una cosa en otra diferente.
Nadie podría olvidar al hada madrina de cenicienta cuya varita transformaba ratones en caballos y una calabaza en carroza. Otra varita famosa es la del mago Merlín y la del dios griego Hermes,
quien usaba una vara llamada caduceo para hacerse invisible. En tiempos de la Europa moderna la varita era usada por muchos magos rituales para lanzar conjuros y para dibujar círculos mágicos que protegían al mago de la influencia de cualquier demonio o espíritu cuya presencia planeara invocar.Por supuesto que las varitas debían estar bien hechas, para lo cual existían libros que daban pautas de cuales eran las mejores formas de fabricar una buena varita. Según Las clavículas de Salomón, uno de los libros de conjuros mas conocidos de la Edad Media, la varita ideal debía hacerse de madera de avellano cortada del árbol de un solo golpe con un hacha nueva. También se creía que el poder de una varita podía incrementarse al ponerle puntas magnéticas en los extremos, incrustándole cristales o tallando palabras mágicas o nombres sagrados. Una vez tallada la varita, el mago invocaba a los espíritus, demonios o dioses apropiados para que dotaran a la varita de sus preciados poderes.Ya en el siglo XV, las varitas eran también usadas con fines lúdicos: como utilería de los artistas callejeros que veían a la magia como una forma de ganarse la vida. Desde su punto de vista, la varita tenía al menos dos importantes funciones: era el agente que, en apariencia, causaba la magia, y ayudaba a distraer a la audiencia atrayendo su atención hacia una cosa mientras el mago hacia otra disimuladamente. Por supuesto que la varita mágica son el sello distintivo de los actuales magos. Muchos magos contemporáneos coleccionan varitas trucadas que se doblan, se parten, lanzan cintas, que cambian de color o que se pliegan.

LA ESCOBA
Indispensable elemento para la limpieza del hogar y herramienta preferida por excelencia de las brujas para remontar el vuelo. Pero, si bien hoy en día las ilustraciones populares muestran a las brujas trasladándose de un lugar a otro en escobas, originalmente, las viejas leyendas nos muestran otro panorama.
Entre 1450 y 1600, en Europa se afirmaba que las brujas alzaban el vuelo de camino hacia sus reuniones nocturnas montadas en cabras, bueyes, ovejas, perros y lobos, así como garrotes, palas y varas. Pero las escobas se convirtieron en su vehículo favorito debido a la función tradicional de las mujeres como amas de casa. De acuerdo a las leyendas las brujas salían volando de sus casas por la chimenea y se decía que se veían obligadas a bajar o ni siquiera podían despegar si oían sonar campanas.

En Alemania se les temía tanto a las brujas montadas en escobas que, durante un tiempo, se ordenó que todas las iglesias hicieran sonar las campañas sin parar desde que caía la noche hasta que amanecía. La cuestión de si las brujas eran o no capaces de volar llegó a grandes discusiones entre los eruditos y la iglesia. Muchas mujeres confesaron que podían volar y algunas hasta se enorgullecían de ello. Según el Malleus Maleficarum, la guía más importante sobre la localización de brujas, el vuelo era un hecho indiscutible. En un pasaje libro bíblico de San Mateo, afirman el poder de Satán de transportar a Jesucristo a través del aire, y en algunos eclesiásticos señalan que, si el Diablo podía hacer volar a Jesús, seguramente podría darle esa habilidad a las brujas que le servían.


Por su parte, otros eruditos no creían en dicha habilidad, pues la consideraban una imposibilidad física, y utilizaban como argumento que el Diablo solo hacía creer a las mujeres que podían volar, llenando sus cabezas de desvaríos. Un grupo de pensadores más científicos propusieron una explicación más lógica y mundana. Se creía que cuando las brujas se preparaban para el vuelo, untaban sobre ellas y sobre la escoba un ungüento volador elaborado con diferentes plantas y hiervas. Los médicos que experimentaron con este ungüento en el siglo XVI descubrieron que contenía sustancias químicas muy potentes que penetraban en el cuerpo a través de la piel, provocando un sueño profundo y alucinaciones, como por ejemplo, la sensación de estar volando.

EL CALDERO
Si bien es considerado un “utensilio” de cocina, en las manos adecuadas puede ser un objeto mágico de gran poder. Cualquier bruja u hechicero podía usarlo para hacer hechizos, conjuros y pociones, predecir el futuro, suministrar grandes cantidades de comida a familias numerosas. Los calderos podían, también otorgar conocimientos y sabiduría a su poseedor.
Los calderos tenían gran cantidad de funciones: cocinar, lavar, transportas agua y fuego, fabricar jabón y velas, hacer medicamentos, etc. Pero la función más conocida de los calderos es el que le daban las brujas, quienes lo usaban con fines mágicos o sobrenaturales tales como elaborar pociones o preparar maldiciones o hechizos. 
Encontramos calderos también en la mitología irlandesa, celta y galesa. En estas culturas se creía que el caldero poseía poderes sobre la vida y la muerte. La boca del caldero era la entrada al mundo subterráneo del cual emerge la vida y al que los muertos regresan. 

El héroe irlandés, Bran tenía un caldero que podía revivir a los muertos, Bran lo usó para revivir a los soldados caídos en batalla, arrojando las partes de sus cuerpos al caldero y salían de él soldados enteros listos para seguir luchando. De esta manera, Bran se hizo poseedor de una fuente de soldados inagotable. Pero este héroe fue vencido cuando su hermano se sacrifico para destruir el caldero arrojándose al interior de él, puesto que no estaba hecho para albergar seres vivos.

ESPEJOS
Hoy en día nosotros usamos los espejos como parte de nuestra vida cotidiana, pero estos objetos no siempre fueron fácilmente adoptados en los hogares. Durante mucho tiempo se creyó que los espejos reflejaban el alma de las personas, al igual que los reflejos en el agua.
En algunas civilizaciones se consideraban objetos peligrosos, puesto que se pensaba que podían robar el alma de quien se reflejaba y estaba en peligro de caer en manos de los malos espíritus. Por ello, cuando se fabricaron los primeros espejos, hace 4.500 años, fueron considerados objetos mágicos y maravillosos, hasta fueron vistos como poderosos talismanes capaces de confundir la mente, robar almas y hasta alejar los malos espíritus.
La catoptromancia es el arte de predecir el Fututo mediante espejos, pero con el paso del tiempo fueron sustituidos por las bolas de cristal. 
El filósofo Tomas de Aquino sostenía que los espejos eran muy útiles para la ilustración de uno mismo y ayuda a la persona a entender mejor su posición en el mundo.
En el cuento “Alicia en el país de las maravillas” una joven cae dentro del espejo de su habitación y entra a un mundo desconocido donde todo se hace marchando hacia atrás, en este caso el autor toma los espejos como "entradas" a otros mundos.
En el libro "Harry Potter y la piedra filosofal", Harry se acerca a un espejo, pero en lugar de ver su reflejo, ve a sus padres (que están muertos). Ese espejo (espejo de oesed) era capaz de reflejar el deseo más profundo y desesperado de nuestro corazón.
En el cuento "Blancanieves", un espejo revela a una malvada bruja quien poseía la belleza más grande del reino.

LA BOLA DE CRISTAL
Hasta la edad media no se usaron las bolas de cristal, la cristalomancia, el arte de ver el interior de un cristal para ver el futuro, forma parte de una tradición más antigua. 
Se trata de una variante del divisamiento, un método de la adivinación que consiste en mirar fijamente una superficie hasta que las diferentes civilizaciones usaban diversas superficies para mirar el futuro, algunos usaban espejos, otros copas, otros tiraban agua en un cuenco y observaban en busca de imágenes e incluso algunos las buscaban en cuencos llenos de tinta. 
Pero fueron los romanos los cristalománticos auténticos, pues fueron los primeros en intentar ver el futuro en trozos de cristales de cuarzo o berilos pulidos. 

Los buenos cristalománticos debían ser puros de alma y de cuerpo, y debían presentarse rezando y luego de hacer ayuno durante unos días. Solía usarse una habitación especial, de ambiente ceremonial y solemne. En algunas culturas se cría que los niños eran los mejores videntes, ya que eran más puros y más abiertos a la imaginación que los adultos. 
En la Europa renacentista comenzaron a usarse las bolas de cristal para encontrar objetos perdidos o identificar a alguien.

La bola de cristal más famosa del renacimiento perteneció al matemático, erudito, alquimista ingles John Dee, que fue contratado para calcular la hora astrológicamente correcta para la coronación de la Reina Isabel I. Se creía que con su bola de cristal podía conectarse con el mundo de los espíritus, pero por más que se pasara horas mirando fijamente la bola, nunca veía nada y en vez de rendirse, contrató a Edward Nelly, un vidente profesional que muchos consideraban un estafador. 
Ambos trabajaron juntos, Dee hacía las preguntas y Nelly daba las respuestas observando la bola. Juntos redactaron varios libros con mensajes de los espíritus, incluido uno en que se predecía la ejecución de María Estuardo, Reina de los Escoceses, que ocurrió en febrero de 1586. 
Actualmente la bola de cristal de Dee está guardada en el Museo Británico de Londres, Inglaterra.